CIGARRILLO ELECTRONICO: CONCEPTOS BASICOS

16.02.2013 00:00

EL CIGARRILLO ELECTRONICO

¿Qué es un vapeador y cómo funciona?

Un vapeador (cigarrillo electrónico) es un aparato que haciendo uso de energía eléctrica, calienta un líquido utilizando una resistencia hasta convertirlo en vapor, el cual es inhalado por el usuario de la misma forma que el humo del tabaco convencional, consiguiendo un efecto similar.
Existen modelos que imitan a un cigarro convencional en tamaño, forma e incluso colores, y otros que son más grandes y con otro tipo de formas.

Comparación entre diferentes tamaños de vapeadores
Aunque existen multitud de modelos y tipos diferentes, en la actualidad los más extendidos son, sin duda alguna, el modelo 510 y el modelo EGO (también conocido como Tornado). Cada uno está destinado a un público diferente; el 510 se asemeja más a un cigarrillo convencional, y el EGO es sustancialmente diferente, más grande y ancho que el 510, pero con unas características técnicas superiores (en especial, en la autonomía de la batería).

De que partes se compone el cigarrillo electrónico

Batería: Es la parte encargada de suministrar energía al atomizador.
Atomizador/Cartomizador: Contiene una resistencia que se calienta al recibir la energía de la batería, calentando a su vez el líquido en contacto con ella y transformándolo en vapor.
Batería
Es la parte encargada de suministrar la energía necesaria para la producción del vapor.
Vamos a ver las características principales de las baterías:

Tamaño y forma: existen baterías pequeñas y que imitan a un cigarro convencional (510, DSE901, KR808…), y baterías más grandes (EGO, DSE801…), con mejor rendimiento y mejores características. Los noveles suelen buscar modelos más parecidos a un analógico, pero elegir un modelo más grande suele producir mejores experiencias.

Autonomía (capacidad, en MAh): Cuanta más capacidad tenga, mas durará y más tiempo nos permitirá vapear. El tamaño suele ser directamente proporcional a la capacidad; cuanto más pequeña sea la batería, menos capacidad tendrá, y cuanto más grande, más capacidad. Las baterías de vapeadores de tamaño reducido (micro, mini, supermini…) suelen tener entre 100 y 200 mAh, y las de tamaño más grande (por ejemplo, los modelos EGO) van desde 650 hasta 1300 mAh, llegando incluso capacidades mayores.

Tensión de salida (V): Es la tensión eléctrica a la que trabaja la batería. Este valor suele estar habitualmente entre 3V y 4V, pudiendo ser inferior en modelos de calidad mediocre o superior en modelos de alto rendimiento. Más tensión implica más potencia y por tanto, más calor generado por la resistencia y más cantidad de vapor generado, produciendo una sensación de vapeo más satisfactoria por norma general, aunque un exceso de potencia y calor puede producir efectos indeseables, como sabor a quemado o fallos en los consumibles.

Modo de funcionamiento: las baterías pueden ser de dos tipos: manuales o automáticas. Las manuales tienen un pulsador para activarlas, que habrá que pulsar mientras damos la calada al vapeador. Las automáticas tienen sensores que detectan cuando damos una calada y se activan mientras dura la misma. Aunque estas últimas son más cómodas, también son más complejas, lo que las vuelve más delicadas y susceptibles de estropearse. Uno de los problemas más comunes en estas baterías automáticas es que les caiga líquido del consumible y dejen de funcionar, cosa que es más difícil que ocurra con las manuales.

Compatibilidad: esto es algo muy importante, pues marcará la facilidad que tendremos para utilizar distintos tipos de consumibles en nuestra batería. Las baterías disponen de una rosca en uno de sus extremos, que lleva el nombre del propio modelo de batería; las más extendidas son las 510 y EGO. Que la batería disponga de alguna de estas roscas nos permitirá poder utilizar un mayor número de consumibles. Las roscas menos conocidas, obsoletas o propietarias tendrán la desventaja de tener que usar unos consumibles específicos. También existe la posibilidad de utilizar adaptadores para convertir una rosca a otra , por lo que aunque es una característica a tener en cuenta, no es la más importante.

La opción más recomendada son indudablemente las baterías EGO.

Consumibles
Los consumibles son la parte de los vapeadores donde se realiza la vaporización del líquido, gracias a la resistencia que se encuentra en ellos. Existen multitud de tipos y modelos, pero todos tienen en común la existencia de una resistencia, y en la mayoría de los casos, algún tipo de depósito donde almacenar el líquido, que poco a poco irá siendo evaporado.


Atomizador
El atomizador es un componente que contiene una resistencia, la cual convertirá el líquido en vapor al entrar en contacto con ella. Podemos encontrarlos de tres formas diferentes:

Con cartucho: este modelo consta de un atomizador y un cartucho relleno de fibra sintética (“perlón”, o “polyfill”). Dicha fibra está en contacto con el atomizador y está impregnada en líquido, que va siendo vaporizado al activar el vapeador y calentar la resistencia. Fue el primer sistema en salir al mercado, y está prácticamente en desuso, debido a su baja autonomía y la alteración de los sabores por culpa de la fibra.

Con boquilla (drip tip): estos modelos no tienen ningún tipo de cartucho o depósito; el usuario gotea el líquido directamente sobre el atomizador. Este estilo de vapeo se denomina comúnmente “vapeo en seco” (en inglés, “Dripping”). Su principal ventaja es que el sabor es lo más fiel posible al líquido, y lo malo es su nula autonomía, pues cada pocas caladas es necesario volver a humedecer el atomizador.

Con depósito: en lugar de un cartucho, nos encontramos un depósito que contiene el líquido y que va goteándolo directamente sobre el atomizador (conocido como sistema tank). Al no contener fibra, el sabor de los líquidos prácticamente no se desvirtúa. Podríamos decir que es una evolución del sistema de vapeo en seco, ideado para tener más autonomía.


Cartomizador
La idea del cartomizador es unificar el atomizador y los cartuchos o depósitos en una sola pieza, creando un sistema más práctico y sencillo de usar.

Podemos clasificar los cartos por las siguientes características:

Sistema de drenado: el drenado del líquido hacia la resistencia se puede dar de dos formas: mediante relleno de fibra sintética (perlón o polyfill), sistema similar a los primeros modelos con cartucho, o mediante mechas de fibra de vidrio (fiberglass). Al utilizar este último material, se minimiza el efecto de alteración de los sabores, gracias al tipo de fibra y a la utilización de menor cantidad de la misma. Este último sistema es el más moderno y utilizado en la actualidad por su mejor rendimiento.

Valor de la resistencia: dependiendo de la cantidad de ohmios que tenga la resistencia, conseguiremos una experiencia de vapeo diferente, dependiendo también que tipo de batería usemos.

Posición de la resistencia: la resistencia puede situarse en la parte superior/media del consumible o en su parte inferior. Al primer sistema se le denomina “top-coil” y su característica es una producción de vapor más cálido. Al segundo, se le denomina “bottom-coil” y el vapor es más frio. El rendimiento es bueno en ambos.

Material del cuerpo: El material del cuerpo del cartomizador puede ser opaco o transparente. La ventaja de un cartomizador con cuerpo transparente es un mejor control del líquido, aunque tiene la desventaja de ser más frágil y susceptible de estropearse. A los cartomizadores transparentes se les ha apodado “claromizadores” o “claros”.

Capacidad: Aunque los cartomizadores tienen por norma general más capacidad que consumibles más antiguos como los obsoletos cartuchos, se han ido creando con capacidades superiores, a costa de un tamaño más grande, debido a las exigencias cada vez más altas de los usuarios en cuanto a autonomía se refiere. De esta forma, han ido proliferando sistemas que pueden albergar más cantidad de líquido, llegando incluso hasta 5 o 6 mililitros. Estos sistemas de gran capacidad se denominan comúnmente “tanquetas”.
Forma: la forma de la mayoría de cartomizadores es cilíndrica. Posteriormente han aparecido cartomizadores con formas cónicas, aumentando de esta manera su capacidad al aprovechar el mayor diámetro de las populares baterías EGO (y otros tipos especiales de baterías de alto rendimiento). A este tipo de consumibles se les ha apodado “clariconos” y se han vuelto muy populares gracias a su excelente rendimiento.

Líquidos

El líquido de los vapeadores (conocido como e-liquid) está compuesto por una base, aromas, y opcionalmente, nicotina.

En las bases se utiliza PROPILENGLICOL y GLICERINA VEGETAL, habitualmente una mezcla de ambas en diferentes proporciones. Estos dos componentes se utilizan en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética, entre otras, y son seguros para el consumo humano.
Los aromas usados en los líquidos también son normalmente ingredientes utilizados en el campo de la alimentación. Podemos encontrar aromas y sabores de casi cualquier tipo, aunque mayoritariamente podemos agruparlos en aromas tabaquiles, mentolados, frutales y dulces.
Por ultimo tenemos la nicotina, que puede encontrarse en diferentes concentraciones en los líquidos, y se mide en mg/ml (miligramos por mililitro).

La mayoría de ex fumadores que se pasan al vapeo deberían ser capaces de sobrellevar la adicción a la nicotina con líquidos de concentración moderada (16mg a 10mg) y el consumo de líquidos de concentración elevada no debería extenderse demasiado en el tiempo, tan solo en casos puntuales. Lo ideal sería ir bajando poco a poco la concentración de nicotina usada para ir liberándonos de esta sustancia nociva.

Muchas personas cometen el error de extrapolar la cantidad de nicotina de los líquidos a la cantidad de nicotina de los cigarros, pudiendo comparar por ejemplo el consumo de 20 cigarrillos (teóricamente, unos 20mg de nicotina) al consumo de líquidos (por ejemplo, 1ml de concentración a 20mg/ml, o 2ml de concentración a 10mg). Esto es erróneo debido a que los cigarros comerciales contienen más nicotina de la que declaran las cajetillas. Buscar información acerca de los agujeros de ventilación que hacen en los filtros, de los cientos de sustancias no declaradas que se incorporan en los cigarros... cuyo objetivo es en la mayoría de los casos aumentar la adicción al tabaco. Probablemente, fumando inhalabas cantidades mucho mayores de nicotina de las que creías. Así que bajo ningún concepto pienses que, vapees a la concentración que vapees, estás haciendo más daño a tu salud que cuando fumabas cigarrillos convencionales.

Una buena estrategia es utilizar habitualmente líquidos con bajas concentraciones de nicotina (fumaras lo que fumaras anteriormente), para ir paliando la adicción psicológica y mecánica de tener algo en la mano, llevárselo a la boca y producir humo (en este caso, vapor), y tener a mano un líquido de alta concentración para los momentos en los que la adicción física pueda ser más notable.
 

VAPEAR ES UN ARTE

.Debemos tener en cuenta que Vapear NO es fumar y la forma de hacerlo se adquiere con rapidez, pero hay que acostumbrarse y olvidar la manera con la que inhalábamos con el cigarrillo.

La mejor manera de inhalar, es dando caladas muuuy largas, aspirando suavemente, y no como si quisiéramos sacar la resistencia del claromizador por la boquilla de una chupada.

 Como con el cigarrillo, no debes dar las caladas muy seguidas, pues se calentará el atomizador y el líquido no sabrá igual de bueno (incluso sabrá desagradable si está muy caliente). Al cigarrillo le pasa igual si das caladas muy seguidas.
Deja pasar, al menos, medio minuto entre calada y calada.

La explicación de porqué aspirar más con un cigarrillo electrónico no implica más cantidad de vapor es sencilla; con un cigarro convencional se produce combustión y al aspirar con más fuerza se produce más rápido la misma, produciendo más humo, y en consecuencia, mas golpe de garganta. Con un vapeador no existe combustión, si no vaporización de un líquido gracias al calor que desprende una resistencia, la cual se calienta gracias a la energía eléctrica. Por tanto, el vapor producido y el golpe de garganta depende de varios factores; la potencia generada por el conjunto de batería y resistencia (o lo que es lo mismo, la temperatura que es capaz de alcanzar la resistencia), y la composición del líquido (dependiendo de sus componentes generara más cantidad de vapor o menos y tendrá un golpe de garganta más duro o más flojo).

El hecho de aspirar más fuerte solo hará que entre en nuestros pulmones más cantidad de aire pero la misma cantidad de vapor, por lo que el efecto será justamente el contrario al que deseamos.

Al principio no suele salirnos bien y pensamos… a mí no me sale vapor… ¡uf que fuerte está esto!… Se me llena la boca de líquido, etc, etc.  SI!! Todos los vapeadores hemos pasado por esto.
Es cuestión de paciencia y de cambiar nuestra mente

“ya no somos apestosos fumadores, somos perfumados vapeadores”

Cuando le tengas tomada la mano al arte de vapear, podrás y desearas, experimentar con distintos sabores, pero en un comienzo,  es recomendable utilizar sabores tradicionales.    

Mantenimiento y cuidado básico del vapeador

Los vapeadores son aparatos electrónicos, por lo que se deben tratar con cuidado con el fin de que no se rompan. Contienen elementos que pueden estropearse con un uso inadecuado (golpes, caídas…) por lo que es convenientes tratarlos con cuidado. Trata tu vapeador como si fuera tu teléfono móvil de última generación y acertarás.

También es aconsejable limpiar habitualmente las conexiones eléctricas y roscas de las piezas, pues es normal que se escape un poco de líquido de los depósitos por las diferentes entradas de aire que tienen.

De vez en cuando es aconsejable también limpiar completamente los consumibles en la medida de lo posible. Sean consumibles compactos, en los que solo se puede desmontar la boquilla por donde se recarga el líquido, o consumibles desmontables, es buena idea sumergirlos en agua templada o vodka unas horas y dejarlos secar posteriormente. Existen otros métodos algo más avanzados que varían en función del tipo de consumible utilizado. Infórmate de dichos métodos en los foros o en video-tutoriales antes de hacer experimentos.

No utilices líquidos no aptos para el consumo en cigarrillos electrónicos (por ejemplo, whisky, Coca-Cola, listerine, y cualquier cosa que se te pase por la cabeza...) Limítate al principio a vapear líquidos comerciales y a buscar sabores que sean de tu agrado, ya tendrás tiempo para crear tus propios líquidos y experimentar con la alquimia.

Ni que decir tiene que las baterías de los vapeadores solo deben ser cargadas con sus respectivos cargadores, o siguiendo las indicaciones de los fabricantes.
 

Duración de los componentes

Esta es una duda muy común de entrada. Todos sabemos lo que nos dura un cigarro, o un paquete, y queremos saber lo que dura un cigarro electrónico. Hablar de duración es un tema complejo, ya que no todas las baterías tienen el mismo tiempo de vida, ni todos los consumibles.

BATERIAS: para dar una aproximación del tiempo de vida de una batería, debemos saber que todas contienen algún tipo de pila recargable dentro como fuente de energía. La vida útil de una pila se mide en ciclos de carga, que no es más que las veces que puede ser gastada y recargada antes de empezar a perder rendimiento y posteriormente, estropearse. Este dato no suele ofrecerse por los fabricantes, de ahí la dificultad de indicar cuánto durará una batería.

Lo que si se pueden dar son unos consejos sobre su uso para optimizar su vida útil:

La composición de las baterías de Litio-Ion hace preferibles las descargas parciales a una completa. Si es sometida con frecuencia a pérdidas totales de energía, sus circuitos pueden asumir un desperfecto que activará un mecanismo de bloqueo. Un 80% a 90% de baterías consideradas ‘defectuosas’ llegan a servicios técnicos por este motivo.

El exceso de carga reduce su vida útil y su capacidad máxima. Su vida teórica es de unos 3 años, o sometidas a continuos ciclos de carga y descarga tienen un margen mínimo de 300 recargas y un máximo de 1000 (por supuesto, estamos hablando de las baterías originale).  Es mejor no dejarlas descargarse por completo, y lo ideal es recargarlas siempre en distintos "momentos de la descarga", dicho de otra manera, es mejor ser anárquico al recargarlas y no sistematizarlo, así los ciclos de carga y descarga permiten una mayor vida útil.
 

CONSUMIBLES: en cuanto al tiempo de vida de un consumible, depende mayoritariamente de la resistencia, que es el componente que se puede desgastar y estropear con más facilidad. La resistencia no es más que un pequeño alambre conductor que se pone al rojo vivo, y con el paso del tiempo se va carbonizando, por la alta temperatura que tiene que soportar y por los restos de líquido que se quedan adheridos a ella. Su duración se ve afectada por la intensidad de uso que le debemos y por el tipo de líquido que utilicemos (algunos líquidos son más agresivos y dejan más residuos) entre otros factores. Nos daremos cuenta de que un consumible está llegando a su final porque su rendimiento cada vez es inferior (por ejemplo, porque cada vez produzca menos vapor o porque el sabor se vaya enrareciendo). Por suerte, cada vez son más los consumibles que incorporan un sistema de fácil cambio de resistencias para evitar tener que comprar todas las piezas de nuevo e ir sustituyendo las que se vayan estropeando. Incluso podemos hacer nuestras propias resistencias, pero este tema no tiene cabida en esta guía.

LÍQUIDOS: la duración de los líquidos depende de dos factores. El más evidente es la cantidad que consumamos directamente. Habrá personas que con 1ml al día tengan suficiente, y otras que gasten 3 o 4ml. Por otra parte, algunos consumibles gastan más cantidad de líquido que otros (por ejemplo, los claromizadores con sistema de drenado por mechas). Esto no es en sí mismo un problema, ya que ese gasto extra de líquido está justificado por un mejor rendimiento y mayor cantidad de vapor generado.
 

Mitos y mentiras sobre el vapeo

Vapear es totalmente seguro para tu salud.
Aunque ningún estudio hasta ahora ha dado como resultado ningún perjuicio para la salud, no existen todavía estudios a largo plazo. Los componentes de los líquidos se consideran seguros para el consumo humano (la mayoría se usan habitualmente en alimentación), pero se desconocen sus efectos al consumirse inhalados durante largos periodos de tiempo.
Todo parece indicar que sí, que son seguros, pero la duda sigue existiendo.
Si eres fumador, sería raro que el vapor de los e-cigarettes sea peor que el humo de un cigarro común (ya sabemos que pocas cosas puede haber peores), así que puede ser una buena alternativa. Pero si no eres fumador, mejor sigue respirando “aire normal”.

Puedes usar tu vapeador donde quieras.
Las leyes antitabaco no incluyen a los cigarrillos electrónicos, puesto que no tienen tabaco, ni existe combustión, ni se sueltan humo (es vapor), con lo cual la prohibición "por Ley" no afecta a los Vapeadores. Sin embargo, la última palabra sobre lo que se puede usar en un lugar, la tiene el dueño de ese lugar. Te encontrarás que algunas personas no quieren que se use, puesto que algunos modelos son muy parecidos a un cigarrillo, y el vapor es muy parecido al humo... y puede que el resto de personas piensen que hay alguien fumando, aunque no sea así. Eso puede hacer que un no-fumador se enfade, o que un fumador se encienda un cigarrillo pensando que "él también puede". Por tanto, lo mejor es preguntar siempre antes, y dar las explicaciones oportunas sobre tu Vapeador.

Vapear produce la misma sensación que fumar.
Puede que sea parecido, pero desde luego no es igual. La sensación del vapor es diferente a la del humo, y la forma de uso es también distinta.

Existen sabores exactamente iguales a los del tabaco.
Hay sabores que intentan imitarlo, pero no he probado ninguno que se acerque. De hecho, cuando llevas un tiempo vapeando, sin fumar, si te enciendes un cigarrillo te sabe fatal... sería difícil igualar un sabor tan malo.

Los e-cigarettes son un método para dejar de fumar.
No existe ningún estudio sobre esto. Son una buena alternativa al tabaco, y la mayoría de la gente que conozco que los ha usado acaba dejando los cigarrillos comunes, o reduciendo muchísimo su consumo, pero no tantos abandonan la nicotina. En definitiva, vapear se convierte en un sustituto (presumiblemente mucho más sano, pero no se abandona el hábito por arte de magia).